domingo, 26 de diciembre de 2010

Rompiendo el juego desde dentro

Los regalos y el propio acto de regalar dicen mucho de nosotros mismos. El comportamiento de busqueda de lo que realmente sabemos va a entusiasmar a la persona que apreciamos sea un familiar o un amigo, es en sí mismo un indicador muy válido de la estima que sentimos hacia las seres con quieres nos relacionamos. A veces es una expresión de sentirse sumamente agradecido por la ayuda prestada en el momento adecuado. Sin embargo, el regalo en las fechas en las que nos encontramos envueltos, y bien envueltos, las navidades, presenta la atmósfera de la obligatoriedad de tener que dar algo;cuando precisamente si no hay tradición en una familia no hay por que hacerlo, y además no sentirse cupable por ello. Se podría decir que cuando nos mantenemos en silencio estamos diciendo mucho, y que así mismo al no realizar ni simplemente la búsqueda de un regalo, ni tan siquiera el sencillo acto de pensar lo que esa persona necesita o desearía poseer, también estamos expresandonos y mandando un mensaje. Así pues, como estimo que las personas en estas y otras fechas están totalmente tiranizadas por la pluralidad de objetos de consumo a ritmo de villancico, cabe la posibilidad de expresarse de un modo asertivo y no entrar en el juego de dar para a su vez ser correspondido. La verdadera y única alternativa es aprovechar las fechas que ahora nos tocan vivir, para sencillamente compartir tiempo y buen humor con quienes apreciamos. Ese es el mejor regalo y no sólo de estas fechas, sino de todo el año además de ser gratuito y sin costes al darse de alta.

viernes, 17 de diciembre de 2010

La cordura del que habla solo

En el trabajo que desempeño como psicólogo clínico, algunos pacientes con los que realizo psicoterapia comentan que hablan solos y que sus parejas o familiares les etiquetan como locos o cuento menos con costumbres un tanto raras. Sin embargo, el hablar solo, es algo que muchas personas hacen y que incluso vemos por la calle, no siendo esto sintomático de ningún trastorno psicológico. Aunque conviene aclarar que no es lo mismo hablar a solas en alto, es decir con uno mismo, a que lo que se diga sea totalmente incoherente, se crea en ello y por lo tanto forme parte de un delirio en toda regla. Pensar en alto es algo tan frecuente que tanto la literatura como el cine se encargan de reflejar. Así el polémico y gran critico literario Harold Bloom en su obra El canón occidental dice que Shakespeare: "inventa la descripción del cambio interior basándose en la facultad de los personajes de oírse casualmente a sí mismos". Así lo vamos viendo a lo largo de la obra Hamlet, que continuamente habla sólo para así poder soportar el dolor de la pérdida de su padre. En la película Naúfrago, el actor Tom Hanks interpreta a un naúfrago del siglo XXI que sobrevive a un accidente de avión y tiene que pasar varios años en la soledad de una isla desierta. Para poder afrontar semejante situación, utiliza un simple coco al que le dibuja una serie de rasgos humanos y hacia él se dirige en un permanente diálogo, utilizándolo como amigo e interlocutor, pero incluso sin Wilson se habla continuamente a sí mismo, máxime cuando se tiene que extraer una muela, ejemplo supremo de que el dolor lo soportamos peor a solas. Sus temores, sus pesares e incluso cuando proyecta la idea de escapar de la isla son dirigidos hacia ese objeto-amigo, e incluso existe un momento a lo largo de la película en que casi pierde a su coco-interlocutor y se desespera. Este es un ejemplo muy gráfico y elocuente de que permanentemente estamos hablándonos a nosotros mismos, y que cuando lo realizamos en voz alta, es una forma más que tenemos los seres humanos de comunicarnos, más allá de los prejuicios y etiquetas de todo tipo que se vierten sobre los que tienen el hábito o costumbre de hablar solos.
El niño, en su desarrollo evolutivo, cuando está jugando habla en alto y esto es necesario para poder adquirir otras nuevas habilidades, y es que el lenguaje nos conforma y nos forma de tal manera que muchas veces es necesario hablar alto y claro, a veces con la finalidad de poder entenderse entre tanto ruido y caos que nos rodea; y así aunque existen familiares de pacientes que sostienen que la locura no tiene cura y si la tiene poco dura, como dice el refrán, más bien sostengo que hoy en día cualquier conducta que se salga un poco de lo habitual o lo normativo es tachada de patológica o etiquetada y diagnosticada como problema psicológico cuando más bien cabe decir, que a veces, es necesario hablar con uno mismo, o bien por que no nos escuchan, o por que es absolutamente necesario para no volverse realmente loco ante tanto sinsentido como el que estamos viviendo en la actualidad.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Hacia una sociedad panóptica

La fisonomía del centro de las ciudades se metaformosea con la instalación de cámaras. La única finalidad - eso es lo que se argumenta- es multar a aquellos conductores que circulen por el centro peatonalizado y no sean residentes. El puro afán recaudatorio en tiempos de crisis recorre todos los intersticicios del ciudadano medio, y de paso se controlan todos y cada uno de los movimientos del ciudadano-consumidor que solamente le queda el derecho a la mera protesta. La ciudad de Londres es la que se lleva la palma contando con mayor número de cámaras instaladas y estrategicamente situadas aunque aquí el objetivo es en nombre de la seguridad de esta ciudad flemática donde todo tiene que estar controlado. Aunque en unas ciudades se persiga al infractor y en otras al posible terrorista o sospechoso, ambas finalidades confluyen en ir en la dirección de una sociedad panóptica ( el panóptico es un centro penitenciario ideal diseñado por el filósofo Jeremy Bentham en 1.791. El concepto de este diseño permite a un vigilante observar ( -optión ) a todos ( pan- ) los prisioneros sin que estos puedan saber si están siendo observados o no ), donde en nombre de la seguridad o por el bien de todos se recorten libertades y a la vez la vida privada del ciudadano sea cada vez más y más sometida a todo tipo de estrategias de control. Puede parecer que esto que sostengo sea exagerado pero no les si ya estamos tan acostumbrados a ver en las noticias como unos atracadores de bancos son filmados por las cámaras de seguridad, como en el metro cuando alguien le da una paliza a un sudamericano es filmado y como en los aeropuertos y demás lugares de transito las cámaras tiene una gran presencia. Todo progreso y avance tiene sus pros y sus contra, pero más bien parece que la tecnología avanza en la dirección que guía al mercado y no en la que realmente son los problemas y retos de la sociedad del siglo XXI. Así pues parafraseando lo que se argumenta en la película Sacrificio de A. Tarkovski : "existe una total falta de armonía , de equilibrio entre nuestro desarrollo tecnológico y el espiritual ". O más bien como sostiene el filósofo Nicolás Gómez Dávila: "estamos viviendo en un campo de concentración sin alambradas "; aunque cabe añadir que las alambradas ya se están tejiendo.