Pequeña reflexión
Ah, diciembre y con él las navidades,
que pronto llegan, cada año parece ser más corto y acelerarse más.
En junio, estando de
vacaciones le enviaba fotos por whashaptt a un amigo y él me contestaba:” aprovecha
que pronto se acortaran los días y ya están ahí las navidades”. Pues parece que
hay que darle la razón.
Diciembre y agosto son los
meses de los reencuentros con amigos y familiares, pero el mes por antonomasia
es diciembre por las reuniones familiares. Muchas personas acuden a cenas o
comidas con familiares con los que el resto del año tiene poco o casi nada de
contacto, sea por teléfono o por mensajes de whashaptt, y más bien soportan la
situación porque es lo que toca, por costumbre social. El uso del móvil en las
comidas es un buen mecanismo de escape para ausentarse por momentos, pero a
veces, estallan las discusiones por rencores acumulados, envidias, celos, malos
entendidos y un sinfín de problemas acumulados con los años, y que jamás se
hablaron en el momento adecuado y con la calma necesaria para buscar solución.
Quizás estas fechas sean el momento Kairós como decían los antiguos griegos, el
momento adecuado, propicio, oportuno, para saber decir no; ser asertivo como
decimos los psicólogos, y rechazar determinadas invitaciones para comer con
familiares a los que el resto del año apenas se interesaron por uno. No
pretendo desde estas líneas hacer un alegato antisocial en fechas tan señaladas
o ir contra la familia, sino más bien, ser coherente con la vida de uno y
procurar evitar malas digestiones, además de lograr darse a respetar; así pues,
cuando uno ante las celebraciones de este tipo, cambia y decide no asistir a
comidas que sabe cómo terminen probablemente, estará enviando un mensaje
apropiado a la familia, además de sentirse orgulloso por haberse atrevido a
decir que no.
Así pues, que tengan unas
buenas y tranquilas navidades. Salud y buen provecho.