Olvidándose de lo
importante
Siempre me han gustado los
animales. Quizás es porque la infancia y la adolescencia los pasé con perros,
gatos y demás familia. Sin embargo, lo que cualquiera observa es la excesiva
antropomorfización que se hace sobre todo de perros y gatos. Se les viste como
a un niño, se les compra chucherías y se les trata como si fuesen humanos.
El tiempo que se dedica a
una mascota en paseos, baños, llevarlo al peluquero y demás, no se dedica ni
mucho menos a un familiar, sea un padre o una madre ya mayores, que están más
necesitados que nunca de ser escuchados y que se les muestre el cariño
necesario. El perro y el gato están cumpliendo una función en esta sociedad tan
moderna dónde son tratados como personas, con muchos privilegios y sin embargo
a otras personas se les tarta más bien como animales. Algo está pasando, quizás
será que al no hablar y estar siempre disponibles cómo si fuese un juguete se
pueden convertir en el compañero ideal para soportar las tensiones de la vida y
acompañar la soledad, además de cubrir las necesidades de dar afecto.
Cada cierto tiempo aparecen
noticias que a mi me desconciertan y contribuyen a reforzar aún más la gran
entronización que se hace de los perros. La última que conozco es: “hacerse un
selfie con tu perro puede prolongar la vida”. Sí, han leído bien. Combinar los
beneficios fisiológicos de tener un perro con el impulso psicológico de hacerse
selfies multiplica los beneficios en nuestra salud. Claro, primero necesitas un
petselfie, un curioso invento que nos permite colocar una golosina
preferiblemente o una pelota justo encima del teléfono móvil y su cámara de
fotos. De esta forma, será fácil captar su atención. Se trata del truco más
habitual para captar la atención del perro a la hora de hacerle una foto. En
fin, que todo son beneficios, pero me parece que más bien económicos con tal de
vender artilugios destinados a los animales, un buen filón en el que el colmo
son los satisfayer para perros. Me pregunto si levantaran la cabeza que dirían
de todo esto Gerald Durrell que escribió: “Mi familia y otros animales” y el
gran Félix Rodríguez de la Fuente.
Eduardo García Fernández
Psicólogo Clínico.