Los regalos y el propio acto de regalar dicen mucho de nosotros mismos. El comportamiento de busqueda de lo que realmente sabemos va a entusiasmar a la persona que apreciamos sea un familiar o un amigo, es en sí mismo un indicador muy válido de la estima que sentimos hacia las seres con quieres nos relacionamos. A veces es una expresión de sentirse sumamente agradecido por la ayuda prestada en el momento adecuado. Sin embargo, el regalo en las fechas en las que nos encontramos envueltos, y bien envueltos, las navidades, presenta la atmósfera de la obligatoriedad de tener que dar algo;cuando precisamente si no hay tradición en una familia no hay por que hacerlo, y además no sentirse cupable por ello. Se podría decir que cuando nos mantenemos en silencio estamos diciendo mucho, y que así mismo al no realizar ni simplemente la búsqueda de un regalo, ni tan siquiera el sencillo acto de pensar lo que esa persona necesita o desearía poseer, también estamos expresandonos y mandando un mensaje. Así pues, como estimo que las personas en estas y otras fechas están totalmente tiranizadas por la pluralidad de objetos de consumo a ritmo de villancico, cabe la posibilidad de expresarse de un modo asertivo y no entrar en el juego de dar para a su vez ser correspondido. La verdadera y única alternativa es aprovechar las fechas que ahora nos tocan vivir, para sencillamente compartir tiempo y buen humor con quienes apreciamos. Ese es el mejor regalo y no sólo de estas fechas, sino de todo el año además de ser gratuito y sin costes al darse de alta.
Cuando el regalo se convierte en obligatorio ya no es regalo sino "impuesto". Y con lo mucho que todo el mundo se queja de los impuestos que pagamos siempre me ha llamado la atención que ciertos impuestos se paguen tan religiosamente.
ResponderEliminarMe apunto tus palabras, Edu: regalar menos y compartir más.
Un abrazo.
Me gusta mucho tu post Edu. Muchas gracias por tu regalo...
ResponderEliminarJuan (de Salamanca).
Y cuando alquien que te conoce muy bien te regala con ilusión el tercer abanico de Reyes (esa misma persona te ha regalado los otros dos) diciéndote feliz "para el verano, para que no pases calor". A ti que adoras el calor, que buscas el sol hasta en sueños y que pasas los veranos en Asturias.
ResponderEliminarDos abanicos son de madera pintados a mano y en el otro me acompañan las Meninas.
Ahora que escribo esto me doy cuenta de que aunque no los use nunca son tres de mis mejores regalos. De alguien que sabe que me encanta el calor pero que quiere poner remedio a sus consecuencias. Gracies.
No deberíamos de aceptar, por puro sentido común, el tener que hacer regalos de forma desmedida a fecha fija, en ese intento consumista de conducirnos como un rebaño y con prisas para que compremos el presente, el regalo, como bien dices a ritmo de villancico.
ResponderEliminarEn realidad se nos bombardea con publicidad para hacernos creer que todo mejorará con una consola, un reloj, un perfume, por arte de magia un desodorante es un objeto irresistible de conquista, un reloj es un símbolo de estatus social, de un aparentar lo que no eres, comprar un perfume, quién se resiste a Charlize Theron...y antes que eso se nos hizo creer de que nadie podría vivir sin una tarjeta de crédito, la peligrosa combinación en según que personas puede conducir a un gasto desmedido, luego vendrán las lamentaciones y un año en el que cada mes sea una cuesta de Enero.
Cualquier momento es bueno para hacer un regalo, un detalle, cualquier día es bueno para celebrar tu particular Navidad, aunque sea en Agosto, cualquier día es un buen día para hacerte un homenaje personal, a tu pareja, a tus amigos, y al revés, a veces una simple cerveza con un amigo, una conversacion agradable, o un confrontamiento de pareceres puede sacarte de la monotonía diaria, se puede hacer de un dia cualquiera, un buen día, y si hay que ponerle precio, a un costo despreciable.
Te regalaría un trebol de cuatro hojas, si lo tuviese..
Buen planteamiento el de tu escrito.., ahora lo llaman post..pues eso.
http://youtu.be/a6zyHtpI8kY
El silencio, es el arte de no decir..
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