Es relativamente frecuente en una comida con familiares o amigos que te digan las calorías que tiene el plato que vas a comer. Traducir la comida en calorías es cuantificar la ingesta y además posee la connotación con su contrapartida - haz y envés- que tendrás que realizar no sé cuantos kilómetros caminando o corriendo para bajar las calorías ingeridas, porque sino, evidentemente te recordarán que engordarás. Así pues, parece ser que la grasa está mal vista, aunque si la tenemos, por algo será ya que está científicamente demostrado y contrastado que tener un ligero sobrepeso es saludable de forma que si el organismo tiene que afrontar una enfermedad cuenta con los recursos necesarios para plantar cara a esta situación; de ahí que un poco de grasa sea síntoma de salud y no precisamente de enfermedad.
Sin embargo, como la política de la imagen pesa tanto, se sobrevalora demasiado la delgadez viéndose ésta como sinónimo de autocontrol, de salud y belleza, cuando simplemente es una cuestión de moda y como tal, está creando toda una serie de problemas relativos a la imagen corporal: anorexia, bulimia o una excesiva preocupación por las dietas y el ejercicio de forma compulsiva, que abarca a los dos sexos y que se está extendiendo también a los niños.
Así que hoy en día hay personas, sobre todo mujeres pero también hombres, que se "sienten gordas/os" sin estarlo indicanco con esto su malestar emocional y su disconformidad con su cuerpo. En el libro Ser gordo, sentirse gordo. Claves para el control emocional del peso, del profesor de psicología Isaac Amigo se sostiene la tesis de que la diferencia estriba en que los hombres tienen una imagen más benevolente de sí mismos, mientras que las mujeres tienden a sentirse gordas independientemente de su peso y por lo tanto ésto les lleva a atormentarse por ello. Resulta interesante sumerguirse en la lectura de este libro porque nos ofrece una visión amplia y sugerente sobre el problema de las dietas, los fracasos en bajar de peso, cómo el estrés es un factor que juega malas pasadas a la hora de conseguir los objetivos propuestos y también, cómo no, ofrece la alternativa de saber relativizar el valor del cuerpo en esta sociedad y en definitiva llegar a aceptarlo. Una aportación científica y certera que aclara los mitos y errores que existen en torno a las problemáticas derivadas del peso y que permite hacer más ligera la digestión de tantas calorías de desinformación.
Efectivamente, "cuantificar la ingesta" en lugar de disfrutar de la comida. Por cierto, que en el extremo contrario estaría esa "alta gastronomía" que degrada también el alimento al exaltarlo a puro concepto. Son extremos que tienen lugar cuando procurarse el alimento suficiente deja de ser un problema acuciante. El precio de la abundancia, vamos. Lo mejor de todo es que ahora triunfan ciertas dietas que ya no se basan en la privación, como la últimamente famosa dieta Dukan en la que se come solo proteina y tanta como se quiera. Al fin el milagro deseado. Pocas personas se plantean los posibles efectos secundarios. Al menos antes podían buscarse paralelismos entre la tradición del ayuno como vía de purificación espiritual (además de corporal) y la moda de las dietas, como forma de ascesis hasta alcanzar el ideal de la forma perfecta. Y el placer y la culpa al romper el ayuno y saltarse la dieta debían de ser comparables. Ahora ni eso, podemos adelgazar poniéndonos como el kiko.
ResponderEliminarBueno, no pretendo tomarme el tema a broma ni mucho menos, eh, más bien todo lo contrario, me sorprende la ligereza con que se suele tratar en los medios de comunicación y en nuestras conversaciones en general hasta el punto de que la gente ya no se pregunta si estás haciendo dieta sino qué dieta estás haciendo ahora, lo que deja bien a las claras a qué punto hemos llegado.
Un abrazo, Edu.
Y no solamente que dieta haces, sino también está el compartir laxantes por parte de las adolescentes, así como medicamentos que quitan el hambre- se siguen usando las tan conocidas anfetaminas pero más metaanfetaminas- por parte de chicas principalemente. Los hombres que desean tener más masa muscular o "perfilar " vamos marcar más, se decantan por los complejos hormonales donde existe todo un mercado oficial y también negro. Y es que la moda es la moda.
ResponderEliminarGracias por el comentario y un abrazo, Eduardo G F
Se me ocurre comer en platos pequeños, con contenido con la mitad de lo que te apetecería y si puede ser sin pan, muchas ensaladas y potajes.
ResponderEliminarEn cuanto al peso, siempre pienso que me sobra algún kilín que me sobra, pero forma parte de la transformación de los cuerpos, yo me acepto "aunque intento mejorar".
A las damas les cuesta mas, tal parece que tienen mas partes por donde crecer, aunque me inclino a pensar que a ciertas edades todo tiende a la redondez, antes estaba muy cuadrado, pues bien, ahora estoy mas redondo, QUE PASA !!
Dietas.... no Gracias..