La estela de una caída
A veces, cuando uno está viendo una película que
resulta interesante por el tema que aborda y la forma de tratarlo, te resulta
inevitable pensar en el libro en el que estará basado; y así, después de mucho
tiempo de haber visto Días sin huella de Billy Wilder del
año 1945 que fue traducida como Un fin de semana perdido, uno se
encuentra con una reedición de la novela de un
tal Charles Jackson. En ella se aborda el alcoholismo de un escritor en
el Nueva York de los años 30 cuando se bebía whisky de centeno. Así pues, a
medida que iba leyendo la novela entendía por que era tan autobiográfica ( el
propio Jackson sufrió varias adicciones ), ya que describe toda la
fenomenología del alcohólico con una crudeza y viveza que la narración a veces
más bien semeja el diario de un auténtico descenso a los infiernos de la
adicción. Me resultó sumamente curioso lo bien que está descrita la eterna
lucha entre mantenerse sobrio unas horas y así poder ponerse a escribir, las
mentiras, el llegar a robar y una vez cogido la vergüenza por la que pasa, así
como cuando dice que: “estaba bebiendo y se apoderó de él un ataque de
aburrimiento, de tedio tan pasmoso que apenas pudo mantenerse en pie”. Se habla
de remordimientos, de cómo estuvo en terapia con un psiquiatra que no acabó de
entender el por qué bebía, y se habla en definitiva de una vida que bordea
abismos de locura y además de cómo pasa las interminables horas un alcohólico:
“ murió mil muertes. Mucho peor que mil, era una sola muerte extendida en
infinita tortura, una muerte que no moría. Morías y seguías muriendo”. O cuando
se afirma que un trago es demasiado y cien demasiado poco. Pero el clímax de
esta novela, ( que debería ser leída por todo profesional de la salud mental
que se precie), llega en una descripción de lo que es un delirum tremens del
protagonista Don Birnam, donde uno comprende una vez que escucha a algún
paciente que lo ha sufrido, que esta experiencia sirve como telón de fondo de a
donde es posible llegar, a unos confines de un horror que muchas veces sirven
para que el alcohólico se mantenga sobrio.
Pero
en esta novela no sólo hay sufrimiento, sino que también hay acertadas
reflexiones sobre la vida. Además, hay que tener en cuenta que el autor Charles
Jackson (1903-1968) con esta novela se consagró ya que fue un best seller de
culto y que con ella Billy Wilder ganó un oscar.
Parece tan interesante la novela como la vida del propio escritor que vivió en carne propia la experiencia del alcoholismo y por eso tan buena porque sabe de lo que habla.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Sí, además en la novela también se habla de homosexualidad y parece ser que tuvo otras- varias- adicciones- vamos un personaje. Billy Wilder empezó a leer la novela en un viaje de tren casualmente y mira tu lo que salió.
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