Digitalizando
y todos contentos
Al sacar el billete del
Alsa, uno se pone a la cola con la suficiente paciencia acumulada como la de un
chino, y una vez que eres el penúltimo, oyes al que ahora está en la ventanilla
decirle al que despacha los billetes -que como es que está él solo y el resto
de las nueve ventanillas están cerradas o vacías-. El que despacha le contesta:
que puede hacer él. Mientras yo no digo nada, ni pienso, sólo observo y espero
que me toque, saco el billete y veo que hay tres máquinas expendedoras de
billetes, una averiada y en las otras dos, una persona parece que está
realmente enfadada con la máquina, la otra está vacía de humanos y emana una
frialdad similar a la de Putin cuando hace las ruedas de prensa.
Me pregunto cómo se pudo
llegar a la situación de 10 ventanillas y sólo una útil, más 3 máquinas y una
cola bastante larga y que además no se haga nada al respecto. Todo apunta a que
las máquinas sustituyan al único expendedor de billetes, así en las grandes superficies
ya existen varias cajas automáticas y cuando terminas la compra, un señor con
traje y porte de cierta autoridad te indica que por favor pases por las cajas
automáticas, sino quieres evidentemente vas a una caja-humana, pero el tipo del
traje que en realidad hace su trabajo te mira con cierto aire gansteril.
La mayor parte de las
personas pasan más tiempo con el teléfono móvil que acariciando a su mascota, y
por supuesto que tocando a otro ser humano, y además se ve cómo algo
completamente normal.
Los médicos de atención
primaria miran las pantallas de los ordenadores más que la mirada de sus
pacientes, a pesar de que se sabe que la mirada es el espejo del alma, y pobre
del médico que no esté formateado en este modelo.
Que el móvil te sirva de
alarma y que te avise con su agenda cuando tienes que ir al dentista, o cuando
llamar a un familiar es muy cómodo, pero esto está contribuyendo a que una de
las quejas más frecuentes – a parte del problema principal por el que acude una
persona al psicólogo- es la falta de
memoria. Si tenemos la musculatura de los brazos floja, bastará con unas pesas
y cierta constancia para que en un tiempo notemos más fuerza en nuestros músculos.
Pues bien, si la digitalización cada vez está más y más presentes en casi todos
los ámbitos en los que nos desenvolvemos día a día, probablemente no sólo
perdemos memoria y atención pues como decía el escritor David Foster Wallace “ Internet nos roba lo más preciado que
tenemos, nuestra atención” sino que las futuras generaciones de jóvenes sepan como
usar su memoria y su concentración, con lo cuál manipular a la población,
dirigir su atención hacia las trivialidades está siendo cada vez más fácil. Pero
además, esto está contribuyendo a la pérdida de puestos de trabajo y de formas
de vida más sensatas y justas, donde la empatía cada vez más es un mero
emoticón y donde la uniformidad de
formas de vida parece ser que es lo único importante.
Mientras todos contentos
porque se pueden sacar las entradas por Internet, y además puedo realizar todo desde la
pantalla de mi móvil y sin tener que ver a nadie. Yuppi!
No hay comentarios:
Publicar un comentario