Y
así nos va
Hace varias semanas, mi madre me volvió a contar
por novena vez- o así-, la anécdota que le ocurrió cuando iba a llevar a su
nieta a clases de taekwondo. De camino al gimnasio, se encontró con un
adolescente que se colgaba de la rama de un árbol joven, al ver la situación mi madre le dijo: “no ves
que lo vas a romper”, e inmediatamente y sin inmutarse lo más mínimo le soltó
el elemento en cuestión: “que quiere que la rompa a usted señora”; mi sobrina
apretó la mano de su abuela, y entonces mi madre le soltó varias frases contundentes
al sujeto, logrando ponerlo en su sitio. Esta situación, más allá de la
anécdota, refleja la crisis de autoridad
que se vive, donde ya casi no es noticia que un alumno se vuelva contra el
profesor, o que un hijo atemorice a los padres, no en vano el programa de
televisión Hermano mayor estuvo - y creo que sigue- durante mucho tiempo
abordando casos, donde la falta total de autoridad de los padres ocasiona que
su hijo esté consentido y se haga con el poder de la familia, invirtiendo las
relaciones familiares. Las personas mínimamente sensatas se quejan que todos lo
fines de semana se deteriora el mobiliario urbano: papeleras y bancos
destrozados, pintadas en paredes y portales, botellones donde nadie hace por
poner una solución; se filma en móvil como una joven estudiante es víctima de
la paliza que le propinan otras compañeras, algo que hace varias décadas era
impensable hoy ocurre a pesar de que se supone que hay más educación. No veo
educación cívica por ninguna parte, más bien ciudadanos y bárbaros que conviven
en un mismo espacio. La pregunta es ¿por qué no hay más jueces como Emilio
Calatayud?
No pretendo ser un
pesimista respecto a la situación de la adolescencia, sólo me acerco a
averiguar que está pasando. Para mí vivimos en unos tiempos tan blandos y donde
lo políticamente correcto inunda tanto el lenguaje como los comportamientos y
con ello los castigos, que hace tiempo que se a perdido el sentido común- el
más escaso-, y donde cualquier muestra de firmeza o dureza es tomada como sospechosa
de fascismo.
No hace mucho, paseando por
una ciudad ví una pintada en un edifico nuevo, en concreto en la puerta del
garaje que decía: “Estamos realizado una fachada artística, por favor
abstenerse de hacer grafittis”. Menos mal que el humor sigue bastante presente.
Totalmente de acuerdo con tu reflexión. El binomio derechos-obligaciones está totalmente desequilibrado, y así nos va.
ResponderEliminarHola Oracio: muchas gracias por el comentario.
EliminarSaludos, Eduardo.