martes, 26 de abril de 2011

Nada nuevo bajo el sol

Cada cierto tiempo los medios de comunicación nos informan de "nuevas drogas ", como en su día sucedió con la ketamina, un potente anestésico usado en el ámbito veterinario y que en la actualidad se consume como un sustituto de la cocaína, más barato pero con mayor riesgo de mortalidad, lo que a su vez lo hace más atractivo para los jóvenes y adolescentes. ¿Qué es lo que está sucediendo para que cada vez existan más variedad de drogas y por lo tanto más personas consumidoras de las mismas?; cada droga está asociado a un estilo de vida, y este determinado estilo de vida implica una serie de comportamientos como son la música que se escucha, los festivales de música a los que se acude, la ropa que se lleva...; todo un entramado promovido por sectores del mercado interesados en que esos estilos de vida se promocionen. Así la relación entre consumo de drogas y música radica en esa necesidad de convertirse en héroes. El público ansía vivir a través de sus ídolos musicales lo que ellos mismos no se atreven a experimentar por sí mismos, y mientras, los músicos se debaten entre sus inseguridades y los negocios de la industria.


Harry Shapiro en su libro Historias del rock y las drogas sostiene una tesis dura y realista del fenómeno de las drogas. En la introducción dice que: "la mayor parte de los problemas sociales y políticos de la actualidad -los derechos de los homosexuales, el lugar de la mujer en la sociedad, etc...- han sido tratados con rigor en los medios de comunicación. Sin embargo, la polémica sobre las drogas continúa siendo tratada de manera propagandística pese a estar presente en todos los programas políticos. Cualquier intento de hacerlo en términos serios acaba poniéndose bajo sospecha, cuando no se la considera una muestra de pusilanimidad o permisividad. La prensa mantiene su control sobre el suministro de la información que consume el público". Si se quiere tener una comprensión certera y en profundidad de la influencia de las drogas en la música popular y como fenómeno sociocultural este es el estudio más pormenorizado que conozco. Mientras, no dejemos que las meras noticias de futuras drogas sean consumidas sin más en el proximo boletín informativo.




jueves, 7 de abril de 2011

Abonando las malas hierbas

El ejercicio físico y el deporte, promovidos y practicados colectivamente, están impregnados de connotaciones muy diversas desde el "estar en forma" con la implicación de "juventud, fuerza, prestigio" y demás virtudes. Así pues, en una sociedad tan competitiva como la nuestra el triunfo de un deportista sea un tenista, futbolista, ciclista etc.., es difundido en todos los medios de comunicación y llega hasta las retinas más remotas, clavándose en los más tiernos infantes y adolescentes que quieren emular a ciertos ases del deporte. La competitividad que el deporte fomenta junto a la ingente cantidad de dinero que mueve con retransmisiones deportivas, fichajes y un largo etc, indica la parte de negocio que existe en esta actividad humana que ya casi es exclusivamente mercantil.

El ejercicio físico y ciertas características corporales están estrechamente relacionadas y vinculadas en el mundo del deporte; así, despúes de que la selección española de fútbol ganase el mundial los cortes de pelo al estilo de los futbolistas y las camisetas de la selección hicieron furor entre jóvenes, adolescentes y no tan jóvenes.

Ningún científico -junto a su equipo de investigadores- ni un verdadero artista llega a los significados y las identificaciones que aún sin pretenderlo consigue un campeón del deporte. Los informativos, por poner uno entre los muchos ejemplos que caben citar, dedican después del deporte apenas unos escasos minutos a ciertas noticias de relevancia artística. Pero además, los actores/actrices y los líderes de conjuntos musicales -que no cantantes, ya que la mayoría de ellos carecen de voz para cantar- sirven de modelos humanos para la inmensa mayoría de jóvenes que imitan ropas, gestos, forma de hablar (qué decir de la tal Paris Hilton que posee un programa en la MTV de los más vistos y seguidos y que merece todo un estudio de dicho fenómeno sociológico) o incluso que un cantante provoque el que muchas adolescentes estén 11 días durmiendo en un saco de dormir para esperar verlo sólo unos instantes. ¿Harían lo mismo si tuvieran que ayudar a sus padres en un trabajo? A veces más bien parece que una gran y sutil (aunque a veces evidente mano negra) se encarga de promocionar y fomentar lo más bajo y mezquino del ser humano.

La decadencia de nuestra época es semejante a la película El satiricón de Fellini basada en la obra de Petronio donde se realiza un esmerada y magnífica radiografía de la Roma de los tiempos de Nerón (54-68 a.c.). La corrupción, la amoralidad y las mezquindades son mezcladas a partes iguales con la aventura de la vida y la mitología de la época. Viejos tiempos y nuevos tiempos, pero unidos en lo peor del ser humano.

La pregunta es ¿qué diría un Santiago Ramon y Cajal al ver estos tiempos, o un Miguel de Unamuno?; más bien opino que volverían a la tumba esperando retornar en una nueva civilización.