lunes, 15 de abril de 2024

 

Olvidándose de lo importante   

 

Siempre me han gustado los animales. Quizás es porque la infancia y la adolescencia los pasé con perros, gatos y demás familia. Sin embargo, lo que cualquiera observa es la excesiva antropomorfización que se hace sobre todo de perros y gatos. Se les viste como a un niño, se les compra chucherías y se les trata como si fuesen humanos.

El tiempo que se dedica a una mascota en paseos, baños, llevarlo al peluquero y demás, no se dedica ni mucho menos a un familiar, sea un padre o una madre ya mayores, que están más necesitados que nunca de ser escuchados y que se les muestre el cariño necesario. El perro y el gato están cumpliendo una función en esta sociedad tan moderna dónde son tratados como personas, con muchos privilegios y sin embargo a otras personas se les tarta más bien como animales. Algo está pasando, quizás será que al no hablar y estar siempre disponibles cómo si fuese un juguete se pueden convertir en el compañero ideal para soportar las tensiones de la vida y acompañar la soledad, además de cubrir las necesidades de dar afecto.

Cada cierto tiempo aparecen noticias que a mi me desconciertan y contribuyen a reforzar aún más la gran entronización que se hace de los perros. La última que conozco es: “hacerse un selfie con tu perro puede prolongar la vida”. Sí, han leído bien. Combinar los beneficios fisiológicos de tener un perro con el impulso psicológico de hacerse selfies multiplica los beneficios en nuestra salud. Claro, primero necesitas un petselfie, un curioso invento que nos permite colocar una golosina preferiblemente o una pelota justo encima del teléfono móvil y su cámara de fotos. De esta forma, será fácil captar su atención. Se trata del truco más habitual para captar la atención del perro a la hora de hacerle una foto. En fin, que todo son beneficios, pero me parece que más bien económicos con tal de vender artilugios destinados a los animales, un buen filón en el que el colmo son los satisfayer para perros. Me pregunto si levantaran la cabeza que dirían de todo esto Gerald Durrell que escribió: “Mi familia y otros animales” y el gran Félix Rodríguez de la Fuente.

Eduardo García Fernández

Psicólogo Clínico.