jueves, 7 de abril de 2011

Abonando las malas hierbas

El ejercicio físico y el deporte, promovidos y practicados colectivamente, están impregnados de connotaciones muy diversas desde el "estar en forma" con la implicación de "juventud, fuerza, prestigio" y demás virtudes. Así pues, en una sociedad tan competitiva como la nuestra el triunfo de un deportista sea un tenista, futbolista, ciclista etc.., es difundido en todos los medios de comunicación y llega hasta las retinas más remotas, clavándose en los más tiernos infantes y adolescentes que quieren emular a ciertos ases del deporte. La competitividad que el deporte fomenta junto a la ingente cantidad de dinero que mueve con retransmisiones deportivas, fichajes y un largo etc, indica la parte de negocio que existe en esta actividad humana que ya casi es exclusivamente mercantil.

El ejercicio físico y ciertas características corporales están estrechamente relacionadas y vinculadas en el mundo del deporte; así, despúes de que la selección española de fútbol ganase el mundial los cortes de pelo al estilo de los futbolistas y las camisetas de la selección hicieron furor entre jóvenes, adolescentes y no tan jóvenes.

Ningún científico -junto a su equipo de investigadores- ni un verdadero artista llega a los significados y las identificaciones que aún sin pretenderlo consigue un campeón del deporte. Los informativos, por poner uno entre los muchos ejemplos que caben citar, dedican después del deporte apenas unos escasos minutos a ciertas noticias de relevancia artística. Pero además, los actores/actrices y los líderes de conjuntos musicales -que no cantantes, ya que la mayoría de ellos carecen de voz para cantar- sirven de modelos humanos para la inmensa mayoría de jóvenes que imitan ropas, gestos, forma de hablar (qué decir de la tal Paris Hilton que posee un programa en la MTV de los más vistos y seguidos y que merece todo un estudio de dicho fenómeno sociológico) o incluso que un cantante provoque el que muchas adolescentes estén 11 días durmiendo en un saco de dormir para esperar verlo sólo unos instantes. ¿Harían lo mismo si tuvieran que ayudar a sus padres en un trabajo? A veces más bien parece que una gran y sutil (aunque a veces evidente mano negra) se encarga de promocionar y fomentar lo más bajo y mezquino del ser humano.

La decadencia de nuestra época es semejante a la película El satiricón de Fellini basada en la obra de Petronio donde se realiza un esmerada y magnífica radiografía de la Roma de los tiempos de Nerón (54-68 a.c.). La corrupción, la amoralidad y las mezquindades son mezcladas a partes iguales con la aventura de la vida y la mitología de la época. Viejos tiempos y nuevos tiempos, pero unidos en lo peor del ser humano.

La pregunta es ¿qué diría un Santiago Ramon y Cajal al ver estos tiempos, o un Miguel de Unamuno?; más bien opino que volverían a la tumba esperando retornar en una nueva civilización.

2 comentarios:

  1. Demoledor el título, Edu. Y el resto, naturalmente.

    Solo un par de apreciaciones: nuestra generación ha educado y educa a nuestros hijos para que disfruten de la vida, para un hedonismo sin sombras y sin consecuencias. Y eso es precisamente lo que en la medida de sus posiblidades tratan de hacer. Siguen nuestros dictados.

    Por otra parte, si esta generación nuestra, que se supone educada en otros valores algo más solidos, ha dado lugar a la generación aparentemente más vacía de hoy, está por ver si la sociedad que les toque gestionar como adultos no supera a la nuestra. Ojalá, por optimismo que no quede, aunque las cosas no pintan nada bien...

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  2. Yo, que solo, salvo la escalada, el balon bolea y el rugby infantil, en los que había cierta competitividad..infantil, y eran colectivos..pasé con los años a practicar deportes por el placer de hacerlo, ya eran deportes individuales,algunos de cierto riesgo, hubo de todo, había algunas figursa a la que emular pero sin inabordables, pues por aquella época Jean Claude Killy era una figura inimitable y un tal Arnold Schwarzenegger había sido elegido Master del universo.. digo Mister Universo y eso quedaba lejos, demasiado cachas.. quién le diría que acabaría siendo gobernador de California, quién me díría que acabaría haciendo fotos a Mariposas.

    Somos la consecuencia de nuestras vivencias, de nuestras lecturas, del conocimiento acumulado, de nuestros triunfos y desengaños y evidentemente todos hemos intentado transmitir a nuestros hijos una forma de conducta y una serie de conocimientos y experiencias para afrontar sin obstáculos la vida diaria, sin tener que recurrir al ensayo error, "para que no tropieces donde yo tropecé", lamentablemente tal vez no se den cuenta de esos consejos de forma inmediata, pero estoy seguro de que en un momento dado todo lo dicho causará su efecto, aunque, me temo, ya no estemos para verlo..

    My Generation
    The Who
    www.goear.com/listen.php?v=538776a

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