martes, 26 de abril de 2011

Nada nuevo bajo el sol

Cada cierto tiempo los medios de comunicación nos informan de "nuevas drogas ", como en su día sucedió con la ketamina, un potente anestésico usado en el ámbito veterinario y que en la actualidad se consume como un sustituto de la cocaína, más barato pero con mayor riesgo de mortalidad, lo que a su vez lo hace más atractivo para los jóvenes y adolescentes. ¿Qué es lo que está sucediendo para que cada vez existan más variedad de drogas y por lo tanto más personas consumidoras de las mismas?; cada droga está asociado a un estilo de vida, y este determinado estilo de vida implica una serie de comportamientos como son la música que se escucha, los festivales de música a los que se acude, la ropa que se lleva...; todo un entramado promovido por sectores del mercado interesados en que esos estilos de vida se promocionen. Así la relación entre consumo de drogas y música radica en esa necesidad de convertirse en héroes. El público ansía vivir a través de sus ídolos musicales lo que ellos mismos no se atreven a experimentar por sí mismos, y mientras, los músicos se debaten entre sus inseguridades y los negocios de la industria.


Harry Shapiro en su libro Historias del rock y las drogas sostiene una tesis dura y realista del fenómeno de las drogas. En la introducción dice que: "la mayor parte de los problemas sociales y políticos de la actualidad -los derechos de los homosexuales, el lugar de la mujer en la sociedad, etc...- han sido tratados con rigor en los medios de comunicación. Sin embargo, la polémica sobre las drogas continúa siendo tratada de manera propagandística pese a estar presente en todos los programas políticos. Cualquier intento de hacerlo en términos serios acaba poniéndose bajo sospecha, cuando no se la considera una muestra de pusilanimidad o permisividad. La prensa mantiene su control sobre el suministro de la información que consume el público". Si se quiere tener una comprensión certera y en profundidad de la influencia de las drogas en la música popular y como fenómeno sociocultural este es el estudio más pormenorizado que conozco. Mientras, no dejemos que las meras noticias de futuras drogas sean consumidas sin más en el proximo boletín informativo.




1 comentario:

  1. Te habrás dado cuenta, Eduardo, de que desde hace ya unos cuantos años el tema del consumo de drogas ha pasado a un segundo o tercer plano en el debate social. Una de las razones de esto es clara: las drogas marginadoras como la heroína cayeron drásticamente ante la aparición de otras drogas más baratas y cuyo consumo era compatible con una convivencia más o menos integrada. Al final lo que cuenta para la relevancia social del tema no son los daños para la salud sino las molestias que el consumo de estas sustancias pueden ocasionar a los no consumidores. Y no está mal que así sea en una sociedad “adulta” con consumidores informados y responsables, pero no parece que sea esta la situación actual, más bien al contrario. Lo cierto es que al que está en el poder, en cualquiera de sus vertientes, nunca le interesará que el súbdito esté informado y sea responsable ni capaz de poner en cuestión la situación ni de tomar la iniciativa. Y sin embargo, el espíritu de transgresión, la aspiración a un modo de vida alternativo al establecido está también de algún modo implícita en ese consumo de drogas como una promesa permanentemente aplazada por efecto del propio consumo. Volvemos de nuevo al tema de otras ocasiones: ¿dónde están los modelos alternativos? ¿dónde los héroes de nuestro tiempo?¿se ha acabado el tiempo de los héroes? ¿ni siquiera quedan ya “héroes del silencio”? Tal vez, aunque también es cierto que existe un tipo de música, que bajo la etíqueta de independiente engloba cosas muy diversas, y por extensión una corriente social, que me da la impresión de estar edificando sin querer una realidad bajo otras coordenadas, una especie de revolución interior ante la que está cayendo en el exterior. No sé, es solo una impresión. A lo mejor nada más que un intento de no volverme demasiado cascarrabias. Pero hay cosas que te hacen pensar: sin ir más lejos leo hoy en el periódico una entrevista con la cantante de Russian Red, que por lo visto hace folk minimalista, sea esto lo que sea, y ha tenido un éxito importante, y dice la chica que ella lo que de verdad quiere es ser madre y que esto de la música es solo un paso previo. Desde los tiempos de María Ostiz no había nada parecido en boca de una cantante. Aunque también es posible que durante la entrevista fuera puesta hasta arriba de ketamina.
    Un abrazo, Edu.

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