lunes, 25 de marzo de 2013


                               Solventado el encallar

         La mayor parte de las personas que acuden a la consulta de un psicólogo clínico han intentado con sus propios medios solucionar su problema, sin embargo en algunos casos la solución acaba agudizando el problema o bien la solución empleada se constituye ella misma en una nueva dificultad. Es aquí precisamente donde la profesionalidad del clínico debe de  hilar lo suficientemente fino para así desenredar al paciente de la hiperreflexión y el atascamiento donde se encuentra, sacarlo del atolladero y llevarlo terapéuticamente hablando hacia la vida y no hacia una lucha contra los síntomas o una evitación de los mismos. Así si una persona sufre de ansiedad social probablemente está tan excesivamente pendiente (auto-observándose ) y pegada a sus manifestaciones somáticas- taquicardias, sudoración, temblores, en definitiva activación del sistema nervioso autónomo, que ante un encuentro social al considerar que no puede soportar lo que está sintiendo evitará los próximos encuentros sociales, con lo cual la propia evitación refuerza la ansiedad social, limitando la vida de la persona y aunque momentáneamente esté mejor, al no sufrir los molestos síntomas de la ansiedad, se sentirá peor por no poder disfrutar de una vida social activa y deseada.

         El paciente desea relacionarse, pero a la vez teme las relaciones personales por que ya anticipa el angustiarse, así los síntomas producen la fobia y la fobia fija los síntomas con lo cuál el circulo vicioso se crea, pero ¿ cómo es posible salir de aquí ?, un método o técnica realmente eficiente es la intención paradójica que desarrolló el psiquiatra Victor E. Frankl este método establece el enfrentarse totalmente a lo temido ir en su búsqueda, así  en el próximo encuentro social desearé y provocaré a voluntad el ponerme nervioso, con lo cuál si el paciente reúne la fuerza necesaria para desear algo tan temido en principio ( y es ahí donde la pericia del profesional consiste en explicar cómo funciona la ansiedad y a la vez movilizar al paciente para que se exponga a lo temido ) ocurrirá que precisamente no sucederá el ponerme nervioso, puesto que el temor y el deseo se neutralizan mutuamente por inhibición recíproca ya que es imposible desear algo y a la vez temerlo de ahí la intención paradójica que paraliza la angustia ante la expectativa y  por lo tanto los síntomas dejan de presentarse, a partir de entonces se ha conseguido romper el pernicioso circulo vicioso donde se encontraba el paciente, como el síntoma no se presenta, el paciente se muestra más seguro y no espera que nada malo le vaya a ocurrir, así deja de evitar la situación y comienza una nueva etapa en su vida libre del problema.
El arte de aplicar esta técnica tan desconcertantemente sencilla como efectiva es muy importante puesto que hay que encontrar fórmulas paradójicas correctas para cada paciente en particular necesitando mucho tacto. Con anterioridad a la propia aplicación de la técnica  es absolutamente necesario el conseguir que se cree una buena relación terapéutica de confianza, empatía y colaboración como sostiene el psicólogo Irvin Yalom púes esta es la base óptima desde la cuál se genera todo verdadero cambió de conducta y superación de los problemas psicológicos.  

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