martes, 9 de abril de 2013


                            El vuelo del ángel

Cuando una película consigue conmover al espectador con una historia bien narrada donde se manifiesta la belleza a lo largo de todo el metraje, entonces entendemos una vez más por que lo llamamos el séptimo arte.
La directora Jane Champion se embarcó en 1.990 en la dirección del film Un ángel en mi mesa, relato autobiográfico de la novelista, escritora de cuentos y poeta neozelandesa Janet Frame ( 1924-2.004). Perteneciente a una familia humilde, pues el padre era ferroviario y la madre enfermera y posteriormente sirvienta, crece en un ambiente de familia numerosa y ya a temprana edad se comienza a distinguir frente a los demás niños; su aspecto ligeramente gordita y pelirroja y la pasión que muestra por el lenguaje y los libros unido a una cierta timidez es mostrado en la primera parte del film que abarca hasta su éxito literario ya en la juventud. Sin embargo, cuando Janet comienza a trabajar como maestra tiene un intento de suicidio con un bote entero de aspirinas, episodio que narra en una redacción y que llega a leer un profesor – por el cuál ella sentía cierta atracción- a partir de este suceso y como consecuencia de observar que tiene un comportamiento retraído, se le aconseja que descanse una temporada en una casa de reposo, pero es entonces cuando vemos que la tal casa de reposo es en realidad un hospital psiquiátrico en toda regla y donde la estancia en el mismo se convirtieron en ocho años. Fue diagnosticada equivocadamente de esquizofrenia y Janet dice: “ a lo largo de los ocho años siguientes me aplicaron más de doscientos electroshock , cada uno de ellos equivalente al miedo que se siente ante una ejecución “. Además, estuvo a un paso de que la sometieran a una lobotomía librándose de la misma por ganar un premio literario.
Una vez en casa y reestablecida consigue viajar a Europa, a Inglaterra e incluso está una temporada con el dinero de una beca en Ibiza lugar donde conoce a artistas americanos, para posteriormente regresar a Londres donde en un trabajo precario asoman nuevos fantasmas : “ sentía como si todas las amarguras que había conocido empezaran a aflorar a la superficie desde mi interior. Temiendo y desesperando por mi vida necesitaba hallar respuesta a las preguntas que todavía me hacía sobre mí historia. Sabía que la posibilidad del suicidio debía tomarse muy en cuenta, tal posibilidad acudió pronto a mi mente como un atajo a un hecho no consumado. Me admitieron como paciente voluntaria. Finalmente llegaron a la conclusión de que jamás había padecido esquizofrenia. Al principio la verdad parecía más aterradora que la mentira. ¿Cómo podía pedir ayuda cuando no me ocurría nada malo ?" 
Sin embargo, un psiquiatra le aconseja que escriba acerca de las vivencias y todo lo que sufrió en los ocho años de ingreso en el hospital psiquiátrico y de ahí saldrá el libro Rostros en el agua siendo a partir de este momento plenamente reconocida, facilitándole su editor un apartamento para que trabaje lo más cómodamente posible, así como el presentarle a conocidos escritores.
Así pues, ciertos comportamientos en determinados contextos pueden llegar a ser castigados o no tolerados por la comunidad donde se vive, y sin embargo son solamente manifestaciones de ciertas personas que poseen una mayor observación y conciencia de la realidad además de una creatividad acusada. Al final, el que Janet tuviera la suerte de contactar con un profesional de la salud mental que escuchase sus experiencias, y que le recomendase usar sus propias capacidades creativas para plasmar sobre el papel lo que vivió, le ayudó como terapia para poder liberarse de su pasado y seguir avanzando en su faceta artística y personal.


2 comentarios:

  1. increible , la verdad es que pone los pelos de punta , lo importante en este campo y en otros muchos de la vida contactar con los profesionales , con las personas adecuadas en tu vida , para solucionarte problemas o indicarte en un momento dado cual es el camino adecuado a seguir .Muchas gracias Eduardo realmente impresionante

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  2. Muchas Gracias por el comentario. La verdad que sí, cuando ves la película resulta bastante dura.
    Lo importante en la salud mental ( sobre todo por que es lo que más conozco ) es efectivamente acudir al profesional adecuado.
    Saludos y un abrazo, Eduardo

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