martes, 11 de febrero de 2014

                               El  papel lo soporta todo


Cuando comenzamos el año la lista de buenos propósitos se agranda, y sin embargo, con el paso de los meses o solamente el de las semanas, comprobamos que aquello cayó en el olvido, o más bien, se ve lo lejano que estamos de alcanzarlo. ¿Qué es lo que ocurrió por el camino? A veces, simplemente no somos realista con lo que nos proponemos, otras más bien son meras ensoñaciones, pero salvando esto, también sucede que nos fijamos objetivos que más bien son similares a los de los familiares o amigos o los del grupo de iguales, pero en realidad no están en plena sintonia con nuestros auténticos propósitos, en una palabra, que no estamos siendo fieles a nuestros gustos, así hay quien se propone aprender inglés por que es lo que toca un año más, sin embargo detrás de esto no pretende viajar al extranjero para practicarlo, sino una vez más alcanzar algo que ya lo intentó tantas veces que mejor haría con abandonarlo y fijarse un propósito más acorde con sus verdaderos deseos. Y es aquí donde radica el verdadero problema, que a veces simplemente no sabemos clarificar que quiero y cómo lo quiero, así si conseguimos definir un objetivo o valor a conseguir, será más fácil el ir progresivamente en dicha dirección, por ejemplo si deseo viajar  al extranjero y me marco una fecha para viajar, es probable que mis esfuerzos para aprender inglés cuenten con la motivación suficiente como para solventar las dificultades y contingencias que en dicho aprendizaje se presenten. Por tanto, el marcase nuevos propósitos a mi modo de entender debería tener un componente de disfrute y nuevo aprendizaje que me resulte interesante y que no favorezca el abandonar a la primera de cambio.

Algunas veces ocurre que el aprendizaje de una nueva actividad incluye un cambio en el estilo de vida, y que a su vez me pone en contacto con nuevas contingencias que propicia el descubrir ciertas actividades que en un principio pensaba que no me podían gustar, o bien por la edad o por que no me veía capaz de hacerlo, como  sucede cuando se comienza a practicar un deporte y de ahí abandonar el hábito de fumar y salir con las amistades que realizó en el deporte que ahora practica. Esto es interesante señalarlo, ya que muchas veces detrás de esa lista de buenos propósitos anuales lo que realmente se pretende es, nada más y nada menos que cambiar de estilo de vida, y a veces es tan sencillo como empezar por preguntarse lo que quiero. Y si no, averiguarlo.

1 comentario:

  1. Estás dando justo donde duele, Eduardo. La cuestión es: cuando uno proyecta, se propone algo, lo que sea, lo hace conforme a un modelo ideal que hay que ir concretando mediante la acción. Pero ese modelo, ¿de dónde viene?, ¿conforme a qué parámetros?, ¿está fuera o dentro de nosotros?, ¿fuera o dentro de mi? ¿o fuera y dentro al mismo tiempo? En esa necesidad de averiguarlo con la que concluyes tu entrada reside el mayor misterio de la vida. Ahora solo hace falta que nos vayas dando las pistas...

    Un abrazo.

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