viernes, 3 de octubre de 2014

                              Simpatía por los tifones


Uno comete el error cotidiano de ver las noticias cualquier día de septiembre como si con el comienzo del nuevo curso escolar y la finalización del verano algo cambiase, y así es, siempre hay novedades aunque estas acostumbran a no ser realmente buenas sino más bien malas o pésimas. Anuncian nuevos recortes en educación, a la vez que dicen: “el país crecerá  económicamente”, resulta irrisorio e incompatible. Con un gobierno de miras cortoplacistas y  una generación de jóvenes plenamente formados trabajando en el extranjero, pretenden seguir engañando al personal en que todo va a ir a mejor. Esta noticia me cogió leyendo a Meredith Haaf, una ensayista alemana de 31 años que analiza en su libro Dejad de lloriquear. Sobre una generación y sus problemas superfluos, donde realiza un análisis de esa generación nacida en los años ochenta del siglo pasado. Pues aquí dice y cito: “la pobreza y el desempleo juvenil aumentan de forma imparable, y la educación experimenta un proceso imparable de privatización y transformación en un bien económico, al tiempo que el Estado salva al sector bancario mediante un endeudamiento que sólo podrá amortizarse con recortes en el ámbito social”. Opino que Mederdith no pudo expresar con mayor claridad y exactitud lo que realmente está ocurriendo. Sin embargo, continué viendo el telediario- para ver como finalizaba la traca de mentiras- y  creo recordar que también se valora el que en I+D+i  ( si, en Investigacción, Desarrollo e Innovación ) se pretende reducir gastos, vamos que sobre el papel queda muy bien esas siglas pero no olvidemos que quizá en este bendito país significan: inventar nuevas formas de engañar al personal, quizá han leído El arte de la mentira política de Jonathan Swift. La D de desarrollo es más bien déficit cognitivo, y la i esa última parte de la seudoecuación, es el innovar nuevas formas de meter la mano en el sobre sin que nadie se entere. Con lo cuál la ecuación da como resultado final, o es igual a España. Aquello de Unamuno España me duele ” sigue tan vigente como entonces. Pero bueno, había que estar informado, así que ví hasta el programa del tiempo, y ahí como dice una buena amiga, se te caen las pistolas al suelo, porque tal parece que los fondos destinados a la investigación  han sido desviados para que podamos ver como se van formando los tifones en Filipinas, o como la gran masa de aire frío va a entrar por Cataluña y provocar  un fuerte descenso de temperaturas, mientras en el estrecho soplará viento del este. Por cierto, ahora se pueden votar las fotos que se envían al programa, eso si es una importante innovación.
Al finalizar el programa del tiempo y que de forma abrupta me recomendaran las compresas con alas, para posteriormente que estarás todo el día sonriendo por comprarte un coche por sólo 5 euros al mes- tiene cierre centralizado- me llegó el lejano recuerdo  de cuando mi abuelo decía que iba a ver el parte ( pues así se llamaba en tiempos del generalísmo) y acto seguido como si sufriera una anestesia total, se quedaba plenamente dormido- mi abuelo sí que era un hombre sabio, y yo pequeño saltamontes no lo sabía- pero hete aquí, que este septiembre recordándolo  aprendí la lección de mi antepasado, y ahora -a determinadas horas- ya sólo con contemplar la pantalla apagada me entran unas terribles ganas de dormir

2 comentarios:

  1. Muchos se quedan anestesiados pero sin dormirse, que es peor.

    Me he reído un rato, Edu, pero que razón tienes.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por seguirme y los comentarios.

    Menos mal que tenemos el humor.

    Un abrazo, Edu

    ResponderEliminar